Vidas con Historia: entrevista a Piedad Martín

La 3º edición de Vidas con Historia, proyecto en el que colaboramos con DomusVi, está a punto de arrancar. Uno de los aspectos más importantes y especiales a la hora de recopilar la Historia de Vida de las personas es la participación de la familia en este proceso, porque gracias a ellas podemos conocer mejor a los/as protagonistas. 

Hemos entrevistado a Piedad Martín, hija de Piedad Álvarez, una de las protagonistas de la pasada Edición de Vidas con Historia para que nos cuente su experiencia recopilando la Historia de Vida de su madre. Sus palabras están llenas de alegría, gratitud y cariño, tal como demostró en el evento de entrega de Libros de Vida a los protagonistas, donde leyó un discurso a los/as asistentes y en el que decía:

…Y me pregunté, ¿pero no sabía yo todo de mi madre? ¿Verdaderamente eran solo anécdotas y vicisitudes? Pues no, lo que me he encontrado iba mucho más allá y he visto una vida digna de ser vivida, contada y recordada, aunque no sea para una película, para mí, SÍ lo es.

¿Quieres conocer más acerca de su experiencia? Sigue leyendo.

Estamos muy contentos/as de poder charlar contigo Piedad, gracias por dedicarnos un ratito de tu tiempo. Tu madre, con tu apoyo y el de los/as profesionales de DomusVi, ha escrito un libro de vida precioso, lleno de relatos, anécdotas únicas y fotos de su historia. Cuando te ofrecieron la oportunidad de participar en este programa de intervención para conocer un poco más la Historia de Vida de tu madre, ¿qué esperabas de esta experiencia?

La idea era muy bonita y me parecía una tarea fácil. Me armé de paciencia y me fui a su casa en busca de las fotos que yo creí que iban a documentar perfectamente toda su vida, ¡lo revolví todo! Así empezó.

¿Qué fue lo que más te sorprendió de Vidas con Historia?

Yo creía que iba a ser fácil (risas). Empecé pensando que me sabía entera la vida de mi madre, pero me di cuenta de que no la conocía completamente. Había oído a mi madre hablar muchísimas veces de sus anécdotas, pero cuando ahondas un poquito te das cuenta de que hay matices y aspectos que verdaderamente los tenías “cogidos con pinzas”. Al preguntar, lógicamente, aparecieron detalles que desconocía. Cuando profundizas en lo que ya sabes descubres detalles que te acercan a la historia real detrás de las anécdotas y, en el caso de mi madre, con 102 años, pues de todo ha habido. He visto aún más de cerca a una persona formidable, valiente, decidida, trabajadora, cariñosa…Todo lo que ha sido y es mi madre. ¡En la residencia están encantados/as con ella! (risas). La verdad ha sido un proyecto muy bonito, me ha encantado.

¿Encontraste alguna anécdota en la Historia de Vida de tu madre de la que no eras conocedora?

Salieron a la luz experiencias de las que había oído hablar, pero no conocía en profundidad porque no había preguntado al respecto. Por ejemplo, con respecto a los novios: ¡Yo ya sabía que mi madre era muy “noviera”! Siempre me habló de “novios”. Creo que se refería a pretendientes, lo que hoy llamaríamos “ligues” (risas). Al preguntar, he descubierto que tuvo un novio antes de mi padre con el que se volvió a ver después de más de 50 años y, en ese reencuentro, él le dijo a mi madre que nunca la había olvidado. Son cosas bonitas.

¿Se implicó en esta experiencia alguien más de la familia?

No, en la actualidad soy hija única. Tuve un hermano que falleció hace 7 años. Ahora estoy sola y soy la que me ocupo de todo, pero mi madre tiene 4 nietos/as que la adoran y la vamos a ver mucho a la residencia, porque además todos viven cerca de Tres Cantos, donde ella vive. Hay una implicación por parte de la familia, pero en el libro participé solo yo.

Uno de los objetivos más importantes del programa Vidas con Historia es ayudar a las organizaciones a impulsar un nuevo modelo de atención centrada en las personas, ¿ayudó Vidas con Historia a conocer más de cerca los apoyos que recibe tu madre en la residencia?

Me ha supuesto más contacto con Cristina, la psicóloga del equipo, ya que ha tenido mucha implicación en la etapa de presente, porque lógicamente la vida de mi madre actualmente ocurre en la residencia. Cristina fue una gran ayuda, me dejó libertad para vivir esta experiencia como yo quería. Tengo muy buena relación con los/as profesionales de la residencia.

Siguiendo el planteamiento del libro, hicimos un repaso de toda la vida de mi madre y dedicamos la última parte a describir cómo es su vida a día de hoy. En la etapa del presente, hicimos mucho hincapié sobre todo en la relación con sus nietos/as y bisnietos/as, a los que ve cuando vamos de paseo y nos reunimos todos/as en el parque. Se le ilumina la cara cada vez.

¿Cómo ha influido esta experiencia en la relación actual que mantienes con tu madre?

Mi relación con mi madre es muy buena, tengo muchísima suerte. Es un encanto. Esta experiencia ha sido como nuestra relación, muy bonita y especial.

¿De qué manera esta experiencia ha abierto posibilidades de llevar a cabo actividades y/o planes futuros en familia?

Mi madre es una persona que disfruta mucho el presente. Es muy observadora, se interesa por todo, me dice “mira el cielo, qué bonito es”, “mira esos árboles, ¡ya tienen hoja!”.  Con 102 años se interesa por todo, tiene una actitud admirable. Ella quiere seguir disfrutando del tiempo en familia. Pasamos juntos/as todas las vacaciones. Hasta antes de la pandemia íbamos las dos a la playa, nos metíamos a nadar en el mar… Actualmente no es posible, así que nos vamos todos/as de vacaciones a una casa que tenemos en el norte y allí ella es feliz, muy feliz.

¿Cuál fue para ti el momento más especial de esta experiencia?

Son varios momentos:

Primero, cuando le iba haciendo las preguntas, siguiendo el guion del programa en la web app, fue maravilloso porque con sus respuestas ella volvía a tener 8 años. Recuerdo cómo me contaba sus saltos a la comba y las fiestas a las que iba. Fue un regalo ver cómo se le iluminaba la cara cuando me contaba anécdotas de su pasado, porque los recuerdos de su juventud los tiene muy nítidos, casi más que los más recientes.

Otro momento especial fue el evento homenaje a los/as protagonistas. Ese día, después de verme leyendo el discurso que redacté para el evento, ella me dijo acobardada “¿Ahora tengo que subir yo también?” (risas). Pues sí, tuvo el coraje de hacerlo. Subimos juntas al escenario para la entrega y presentación de su Libro.

Y, por último, cada vez que la veo leer su libro. Veo como lo repasa y lo vuelve a repasar. Va con su libro a todas partes diciendo “es mío”, es muy emocionante. Además, es una gran lectora. Ahora le cuesta un poco más, pero ¡devora los libros! Siempre va acompañada de ellos… Imagínate cuando le entregamos su propio libro. ¡Es que no lo soltaba! (risas). Para mí, es importante que ella lea toda su vida y también que quede constancia para sus nietos/as y bisnietos/as. ¡Todo el mundo quiere tener un ejemplar! (risas). He decidido que voy a dejar el Libro en la casa donde nos reunimos en vacaciones, allí estará para siempre, para que toda la familia pueda conocer quién fue ella.

Participaste en el evento de Madrid, fue un momento único, en el que pudiste compartir la experiencia con otros/as protagonistas y familiares, ¿qué te pareció ese espacio de homenaje tanto a tu madre como al resto de las personas? ¿Qué destacarías?

¡Todo! Me pareció precioso, desde la introducción por parte del presentador del evento, como de la persona que fue a cantar para dar un toque festivo, así como la puesta en escena para realizar la entrega de los libros. Todo me pareció muy adecuado. Pero me quedo con el momento donde se les entregó el libro a todos/as los/as protagonistas, sobre todo porque era una sorpresa y fue muy especial ver sus reacciones.

Y ya para terminar, ¿qué le dirías a los/as familiares que están a punto de dar comienzo su participación en la 3º edición de Vidas con Historia?

Que cojan esta experiencia con la misma ilusión con la que la viví yo, que se impliquen a fondo porque es un documento único, no solo para nuestro/a familiar, sino también para el futuro. Nosotros/as lo hacemos, pero lo importante es el reconocimiento del protagonista, ya que nuestros/as hijos/as y nietos/as podrán saber que han tenido un/a bisabuelo/a que merece que su vida se conozca. En la mayoría de los casos, a estas personas les ha tocado vivir situaciones muy difíciles y nunca han dejado de luchar y de mirar hacia adelante. Eso tiene que quedar reflejado. No son vidas de película, pero para la familia tiene mucha importancia saber qué ha pasado, con sus momentos difíciles y también los fáciles.

¡Rescatad todas las fotos que podáis! No os arrepentiréis.

Piedad, desde Envita queremos agradecer nuevamente tu tiempo y el haber compartido con nosotros/as esta maravillosa experiencia.

Los recuerdos son un patrimonio inmaterial que hay que poner en valor para enriquecer a la sociedad. ¡Estamos deseando conocer las nuevas Vidas con Historia! Seguramente serán tan especiales como la de Piedad y su familia, porque cada vida es una Historia que merece la pena (re)conocer y plasmar.

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