En Envita creemos que para un mejor acompañamiento es fundamental tener en cuenta el bienestar de la persona que cuida, por eso, ¿cómo desarrollamos herramientas para el autocuidado? Entrevistamos a Llanos Rodríguez, creadora del proyecto Cuidados con Alma en centros sociosanitarios. Ha sido muy inspirador conocer su proceso de transformación profesional y personal. Su propuesta de valor es autoconocerse para cuidar mejor. Sus palabras están cargadas de grandes dosis de vocación e ilusión. Sigue leyendo para descubrir por qué.
Gracias Llanos por brindarnos este ratito para charlar acerca del necesario cambio de mirada en el acompañamiento y cuidado a las personas mayores. Antes de empezar, ¿podrías contarnos un poco acerca de tu trayectoria profesional?
Estudié ingeniería agronómica en Albacete. Con 24 años, hice un máster de sistemas integrados de gestión: calidad, medioambiente y prevención. Tiempo después, terminé trabajando en una residencia de mayores como responsable de calidad. Ahí conocí en profundidad cómo funciona una residencia, porque calidad está en todas las áreas. Todas las áreas de una residencia están interconectadas, el problema es que no se tiene esa percepción. Para mí era muy importante que otros/as profesionales supieran para qué estaba yo allí. No era la que iba a buscar culpables, sino la que iba a intentar ofrecer una solución. Ahí estuve hasta diciembre del año 2021, cuando decidí iniciar mi experiencia como emprendedora.
Llanos Rodriguez, la persona detrás de Cuidados con Alma
En Cuidados Con Alma, tu proyecto, defiendes que no es posible cuidar a otro si uno/a no sabe cuidar de uno/a mismo/a y solo así seremos conscientes del valor que tienen los cuidados. ¿Cómo podemos desarrollar herramientas que nos permitan cuidarnos a nosotros/as mismos/as para poder cuidar mejor?
Creo que es fundamental el autoconocimiento. Tenemos tantas creencias, patrones y limitaciones que, a veces, no sabemos quienes somos. Yo también llegué a ese momento de confusión personal y profesional en donde me sentía perdida. Si tú no sabes qué necesitas no te vas a poder cuidar bien. Hay que probar actividades sin miedo y sin juicio. Así aprendes que hay muchas formas de cuidarse, que cada uno/a necesita una que le vaya bien con su personalidad. Cuando entiendes esto también descubres que no todos los/as residentes necesitan lo mismo, aprendes naturalmente otra forma de cuidar.
El principal reto al que yo me encontré y que no fui capaz de resolver fue el miedo a reconocer que no lo estábamos haciendo del todo bien. Es necesario tener la humildad para admitir que lo hemos hecho lo mejor que hemos podido, pero que se necesita un cambio. No tiene sentido cuidar a las personas sin tener en cuenta a las personas, pero no solo a las que necesitan cuidados, hablo de todas las personas que forman parte de la organización. Hay que formar, pero también hay que poner en valor y reconocer la labor de los/as profesionales. Por ejemplo, los/as auxiliares son la base de los centros, el personal auxiliar tiene que reconocerse a sí mismo. ¿Cómo van a cuidar desde la ACP si ellos/as no se sienten el centro ni tampoco se sienten importantes? El objetivo de empezar a hacer las cosas distintas es una labor conjunta, pero debe partir de una responsabilidad individual.
Creemos que es importante conocer a las personas para poder apoyarlas mejor, por eso nuestra propuesta se centra en recopilar y conocer la historia de vida, ¿qué papel crees que desempeña esta herramienta en la puesta en práctica de la metodología de la ACP? En tu experiencia, ¿cómo crees que se está llevando a la práctica actualmente en centros de día y residencias?
Conocer la historia de vida es fundamental para prevenir o detectar estados de ánimo en las personas mayores. Quizá un día una señora se levanta triste. Si tú conoces su historia, quizás sabes que ese día es el aniversario de la pérdida de alguien importante y, abiertamente y con naturalidad, propones una conversación o alguna actividad. Ese día vas a trabajar en predisposición de sostener y acompañar ese dolor. Aunque, a veces, nos da mucho miedo sostener el dolor porque no sabemos cómo hacerlo con nosotros/as mismos/as.
El autoconocimiento también es muy importante a la hora de acompañar historias de Vida.
Para Envita es muy importante la participación de las familias a la hora de conocer, recopilar y también reconocer la trayectoria de las personas mayores. En tu proyecto también pones en el centro a las familias. ¿Cuáles son tus ideas y propuestas al respecto?
A veces sentía que había una percepción de que los/as familiares eran generadores/as de problemas porque exigían mucho. Si eso ocurre, debemos preguntarnos por qué. Puede haber varias causas. Una de ellas, y tampoco nos gusta verla, es que no confían en el centro. Es una realidad la mala fama que tiene el sector, a veces de manera muy injusta. Pero lo cierto es que las familias sienten miedo y esa desconfianza se vuelca en exigencia. Otro factor a tener en cuenta es el sentimiento de culpa. Esto yo lo he vivido en primera persona con un familiar cercano. No es responsabilidad del centro los sentimientos del familiar, pero esto se puede abordar respetando, escuchando y…¡abriendo las puertas! Hay que ver a las familias como un aliado en los cuidados. Son clave para que el/a usuario/a tenga una mejor adaptación y también para un mejor cuidado.
Por supuesto también son muy importantes los/as profesionales, creemos que su formación e implicación es fundamental en el modelo ACP y en la creación de las Historias de Vida. ¿Cuáles son tus propuestas de mejora con respecto a los/as profesionales?
Tenemos que hacernos preguntas. ¿Por qué no se está cuidando poniendo a las personas en el centro? Yo he llegado a la conclusión de que hay trabajadores/as que no están cuidando desde ahí porque no saben cómo cuidar de sí mismos/as, pero es que tampoco se sienten cuidados por la organización. Las organizaciones tienen la visión de cuidar a las personas de forma integral y holística (cuerpo, mente, emociones y alma) pero claro, los/as profesionales también deben formar parte de ese cuidado en este nuevo modelo. Deben sentirse valiosos/as y reconocidos/as.
Desde Envita trabajamos en un modelo de intervención que conecta la historia con el proyecto de vida. A través de nuestra plataforma online facilitamos la colaboración del círculo de apoyo de la persona para un acompañamiento adecuado. ¿Qué te parece nuestra propuesta de valor? Desde tu experiencia, ¿nos darías alguna recomendación?
Para poder desarrollar la historia de vida con las personas mayores, ¿qué tal si antes los/as profesionales realizan la suya también? Porque cuando eres consciente de lo que ha sido tu vida y de lo que es importante para ti, no quieres que nadie te diga cómo debes vivir hoy.
Una vez realizada la propia historia el/a profesional se conocerá más y tendrá más empatía a la hora de acompañar la historia de otros/as.
Creemos firmemente en el impacto positivo que tiene en la vida contar con sueños y metas por cumplir, por eso nos emociona que estés llevando a cabo este maravilloso proyecto. ¿Qué te impulsó a realizarlo? ¿Cómo empezaste?
Empecé un camino de autoconocimiento. Escucharme a mí misma y tomar acción desde mi responsabilidad personal me llevó a descubrir que quería dedicarme a acompañar a organizaciones y profesionales a convertir los espacios en “residencias con alma”. Me propuse ayudar a generar un cambio de otra manera, a través de la formación, la comunicación y la inspiración. Así empezó el podcast, porque para cambiar hay que escuchar. Ahora nace BeSoul Consultores para que “cuidados con Alma” llegue a más personas, porque al igual que lo conseguí yo, muchos/as profesionales también pueden conectar consigo mismos/as. Cuando eso ocurre ya no puedes cuidar de otra manera.
Desde Envita queremos agradecerte nuevamente esta charla Llanos. Para impulsar el modelo ACP también es necesario poner en el centro a los/as profesionales y a las familias, por eso en Envita Stories, nuestro programa colaborativo, la participación de todo el círculo de apoyo y, por supuesto, de la persona mayor es muy necesaria para un mejor cuidado.
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