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En la semana del día internacional del trabajador/a queremos poner en valor a una de las profesiones más importantes en el cuidado de las personas mayores y, sin embargo, una de las que menos se conocen: las/os auxiliares de enfermería.

Hemos hablado con Lucía Cartelle, profesional en DomusVi Narón. Lucía fue pionera en Vidas con Historia, ya que participó en el proyecto piloto llevado a cabo en el año 2020. La experiencia ha reafirmado el vínculo que ya mantenía con Carmen, persona con la que participó en el proyecto y a la que ayudó a recopilar su Historia de Vida.

Formar parte de Vidas con Historia ha transformado por completo la manera en la que Lucía cuida y acompaña a diario. Es todo un ejemplo de profesionalidad. Descubre por qué leyendo esta entrevista.

Gracias Lucía por dedicarnos un ratito de tu tiempo. En la semana internacional del/a trabajador/a nos gustaría conocer un poco más de cerca tu profesión y ponerla en valor. Antes de empezar, ¿podrías contarnos un poco acerca de tu formación y trayectoria profesional?

Me formé como técnico superior de laboratorio de análisis clínicos y desde mi instituto me dieron la oportunidad de hacer un examen para poder hacer el TCAE (Cuidados auxiliares de enfermería). Siempre tuve claro que quería trabajar en la rama sanitaria, así que no lo dudé. Poco después empecé a trabajar en DomusVi Narón. De ello han pasado ya 19 años. En Domusvi, he tenido la oportunidad de crecer tanto profesional como personalmente.

Las TCAEs sois unas de las profesionales que más tiempo compartís con las personas mayores y, sin embargo, vuestro perfil no es muy conocido. Por eso, ¿podrías contarnos cómo es tu día a día en la organización? ¿Qué destacarías de tu labor?

Desempeño mi trabajo en una unidad pequeña de psicogeriatría, donde apoyo a 20 residentes.

Por la mañana realizo tareas de habilidades básicas de la vida diaria y por la tarde es momento de psicoestimulación y gerontogimnasia. Mi trabajo no son solo cuidados físicos, también les ayudo a transformar su estado de ánimo porque paso tanto tiempo a su lado que los/as conozco muy bien.

En la profesión de auxiliar de enfermería, cuando es vocacional, se siente mucha satisfacción al saber que esa persona se siente bien cuidada gracias a ti. Pienso que somos un pilar fundamental para las personas mayores y que deberíamos ser más valoradas.

¿Por qué decidiste encaminar tu profesión al cuidado y acompañamiento de personas mayores?

Yo me crie con mis 4 abuelos/as, esa vivencia me ha definido, porque todo lo que viví junto a ellos/as me ha marcado. Me encanta escuchar a las personas y sacarles una sonrisa porque soy consciente de las dificultades que han atravesado. Tuve 4 abuelos/as de sangre que me han ayudado a entender que tengo muchos más. Gracias a ellos/as sé que todas las personas que cuido a diario son tan importantes como ellos/as lo fueron.

Fuiste pionera en el proyecto piloto de Vidas Con Historia, en DomusVi Narón. Este proyecto ayuda a conocer mejor a las personas a las que acompañamos, ¿cómo ayudó esta experiencia en tu día a día profesional?

Vidas con Historia cambió por completo mi organización diaria porque ya no tengo que esperar un momento concreto para iniciar una conversación importante con la persona a la que cuido. Mientras la aseo, me intereso en saber dónde trabajaba, donde vivía, cómo se llaman sus hijos/as…Esa información me acerca a entender su estado de ánimo en un momento determinado y también es de gran ayuda en episodios de tristeza o ansiedad, ya que les permite focalizar la atención en aspectos positivos de sus vidas. Trabajar así es muy bonito porque se abre un canal de comunicación de “tú a tú”. El otro día me decía una señora: “¿y si ahora me cuentas tú algo sobre tu vida?” Esa comodidad es fundamental, porque están en su casa y me gusta que confíen en mí.

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Trabajar con historias de vida no solo ayuda a conocer mejor a los/as residentes, también facilita la creación y mantenimiento de un vínculo con ellos/as. En tu caso, ¿De qué manera ha impactado Vidas con Historia en la relación que mantienes con las personas que apoyas a diario?

Cuando una persona llega a la residencia yo cuento con la información básica para sus cuidados, pero, cuando tengo un rato con él/ella, aprovecho para dialogar y conocernos.

Si comienzas así la relación, el vínculo que se puede generar es completamente diferente. De esta forma descubrí que el día a día es mucho más relajado para ellos/as como residentes y también para mí como trabajadora porque, a veces, estados de ánimo de angustia se contagian entre los/as residentes y no sabes qué hacer.

Me da mucha tranquilidad contar con las herramientas que me brindó Vidas con Historia para saber cómo ayudar a las personas en momentos tensos, pero también para saber cómo anticiparme, porque lo más importante es prevenir que aparezcan esas conductas.

Otro de los aspectos que se promueve desde Vidas con Historia es la importancia de crear espacios de comunicación entre profesionales y personas mayores. ¿Cómo integraste esos encuentros individualizados en tu día a día?

Empezamos realizando una planificación aproximada, ya que respetábamos los ritmos de Carmen a la hora de contar su historia. Desde coordinación me facilitaron 1 hora semanal para estar solo con ella. En ese horario me sustituía otra compañera.

Carmen decidía dónde reunirnos. A veces salíamos, pero casi siempre elegía una sala pequeña que tenemos en el centro. Ella me decía “¿Vamos a la salita nuestra?” (risas). Así fue como esa sala se convirtió en “nuestro momento”.

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Tu participación junto a Carmen en el proyecto Vidas con Historia ha sido muy especial y sabemos que la experiencia ha influido mucho en tu trabajo, ¿te inspiras actualmente en las bases de la metodología ACP y la herramienta historia de vida para brindar un mejor apoyo a las personas que cuidas y acompañas?

Sí, cuando te comunicas con las personas desde la posibilidad de elegir, todo cambia. Por la noche, por ejemplo, apoyo a personas que cuentan con alto riesgo de caída y por su seguridad deben acostarse pronto. Ahora bien, es mucho mejor decir “parece que hace un poco de frío, ¿te apetece ir ya para la cama?” que “¡Nos vamos a la cama!”. Son personas adultas, con todo un recorrido vital, yo no puedo llegar a imponer mis normas.

Son rutinas personalizadas que te puede llevar un poco de tiempo adquirir,pero cuando la coges se convierten en hábitos que te llevan el mismo tiempo. Esta forma de trabajar transforma por completo el entorno porque las personas están más contentas.

En Vidas con Historia hacemos mucho hincapié en conectar la historia de vida con el proyecto vital de la persona, por eso también trabajamos con aspectos del presente a través de actividades significativas…En tu opinión, ¿ podemos facilitar espacios donde las personas realicen actividades con sentido? ¿De qué forma?

¡Claro que sí! Un ejemplo es el huerto móvil que solicitamos para nuestra unidad porque en ella vive José, un señor al que le encantan las plantas. Ahora tiene su propio espacio en el jardín. Otro ejemplo, hace poco la hija de una señora a la que apoyo, me contó que su madre calcetó toda la vida. ¿Qué hicimos? Conseguimos unas agujas de calcetar -adaptadas- y una madeja de lana. Está tan concentrada y feliz calcetando que, si fuera por ella, no se levantaría en toda la tarde. Además, en este caso concreto la señora cuenta con un alto riesgo de caída, así que, de manera natural, con una actividad significativa conseguimos resguardar su seguridad.

Creo que también es importante que haya una actividad común para generar cohesión grupal, pero desde luego, cada uno/a tiene un e

spacio propio para mantener su identidad. Por ejemplo, en la unidad donde yo trabajo, nosotros/as cantamos todas las tardes, como mínimo, 1 o 2 canciones juntos/as. ¡Nos encanta!

En el proyecto de vida de la persona también es muy importante indagar en posibles sueños que anhele conseguir. Tu experiencia junto a Carmen te permitió descubrir su deseo de volver a ver el mar, sueño cumplido en el que tú tuviste mucho que ver… ¿Has descubierto alguna otra pequeña meta de las personas que acompañas?

Es difícil llegar tan a fondo en la vida de una persona. Fui muy afortunada de que Carmen llegara al punto de confianza para transmitirme su sueño más deseado.

Si me paro a pensar, por ejemplo, me viene a la mente José, que es quien cuida el huerto. Yo sé lo feliz que le hace que estén saliendo las fresas, para él eso es una gran meta cumplida, porque vuelca toda su ilusión a diario. Son metas más pequeñas, pero igual de significativas. Al final la realización de actividades con sentido para ellos/as, si tienen una consecuencia gratificante, se convierte en una meta que desean conseguir por la pasión que vuelcan para conseguirlas.

¡Gracias Lucía! Nos has brindado un ratito muy especial. En Envita no se nos ocurre otra forma mejor de cerrar esta entrevista que con tus propias palabras:

Creo que como profesional debes realizar, al menos una vez, La Historia de Vida con un/a residente. Si utilizas las herramientas que te brinda a diario, vas a comprobar que todo mejora. A mí me encanta mi trabajo y Vidas con Historia me enseñó que puedes conocer a las personas que apoyas cada minuto de las 7 horas de tu jornada laboral.

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