El 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, un día en el que hacer una pausa y recordar a todas aquellas personas que viven con una demencia, pero que, a pesar de sus pérdidas de memoria, su corazón sigue latiendo con fuerza. Desde Envita, queremos aprovechar este día para lanzar un mensaje de esperanza y dignidad: aunque los recuerdos puedan fragmentarse, la esencia de quienes somos no se borra.
¿Y si la clave para acompañar mejor a estas personas fuera algo tan sencillo como escuchar su Historia de Vida?
El hilo de la vida: por qué la Historia de Vida es una brújula
La Historia de Vida no es solamente un álbum de fotos o un currículum vital. La Historia de Vida es esa melodía única que define a la persona, ese hilo invisible que conecta su pasado, con el presente y lo proyecta hacia el futuro. Es una brújula emocional que ayuda a encontrar el camino en los momentos de confusión, manifestándose en momentos muy concretos y cotidianos:
- Carlos fue músico profesional. Aunque ya no recuerda el nombre de sus hijos, aún puede interpretar de memoria su pieza favorita a la trompeta.
- María se levanta cada día desorientada. Antes del desayuno, cuando huele el café recién hecho, sonríe y se relaja.
- A Jaime le cuestan las tardes y no quiere realizar ninguna actividad; escuchando dos coplas de siempre se anima a salir a dar un paseo.
- Dolores se impacienta y agita durante el aseo, pero si le recuerdan que su madre, después de las duchas, siempre le hacía dos trenzas, sonríe y se deja peinar.
Estas escenas no «curan» la enfermedad, pero orientan. Nos dicen por dónde comenzar la relación con la persona, qué evitar, qué palabras funcionan y qué gestos sobran. La Historia de Vida, en términos prácticos, como esa brújula que comentábamos antes, nos ayuda a adaptar cada rutina para que tenga sentido y para que la persona se sienta segura y reconocida.
La identidad: más que recuerdos, un tejido de emociones y relaciones
La enfermedad de Alzheimer no borra la identidad por completo. De hecho, la ciencia nos recuerda que la memoria no es una única «caja» que se vacía de repente. Los recuerdos más lejanos, de la infancia y juventud, suelen estar mejor preservados, un hecho que permite a la persona mantener una sensación de continuidad de su propia identidad. Es decir, aunque los recuerdos más recientes se pierdan, el núcleo de la identidad, lo que hace única a cada persona, permanece. La identidad es también un tejido de emociones, gestos y reacciones que persisten, incluso en ausencia de memoria explícita.
Pero la identidad no solo reside en la mente de la persona. También se construye en el espejo de las relaciones. Se mantiene y fortalece cuando la comunidad la sostiene, cuando familiares, amigos y profesionales del cuidado la reconocen y valoran. En Envita, sabemos que la identidad se fortalece cuando sus cuidados se ofrecen por parte de una red extensa que le reconoce sus gestos, sus necesidades, que comparte parte de sus recuerdos y que le sabe sostener en los momentos de confusión permitiéndole seguir siendo él o ella misma.
Por eso, la Historia de Vida de la persona se convierte en una herramienta de gran utilidad para el cuidado en red:
- Protege la identidad al ofrecer a los demás una guía de lo que de verdad importa a la persona.
- Da continuidad al proyecto vital en entornos que tienden a homogeneizar, permitiendo que las decisiones y rutinas se basen en la biografía.
- Nos recuerda que cada persona es mucho más que su diagnóstico, y que su esencia reside en el tejido de sus relaciones.
Diversos estudios han mostrado que el trabajo con las historias de vida estimula la memoria autobiográfica, mejora el bienestar emocional y fortalece la autoestima y el sentido de identidad (Pinquart & Forstmeier, 2012; Heggestad & Slettebø, 2015; Westerhof et al., 2017; Neri et al., 2021). Asimismo, favorece la construcción de vínculos y la conexión social, aspectos clave para combatir la soledad no deseada (Hausknecht, Vanchu-Orosco & Kaufman, 2019; Alexandrakis, Chorianopoulos & Tselios, 2020; Keisari et al., 2022).
Acciones con sentido: cómo tejer la Historia de Vida
El modelo de cuidados narrativos de Envita se basa en la convicción de que el buen trato es un acto consciente. Nuestra plataforma digital Envita Stories® permite construir y recopilar relatos de vida con el apoyo de familiares, profesionales y del propio entorno de cuidado. Contar la historia de alguien es afirmar su existencia y tejer una memoria compartida. En la práctica, esto se traduce en:
- Registrar gustos y rutinas al inicio y actualizarlos.
- Aplicar apoyos concretos («Para Miguel, avisarle con antelación de los cambios y darle siempre su taza azul»).
- Involucrar a la familia y la comunidad con preguntas claras («¿Qué objeto pondrías en su mesilla para que se sienta en casa?»).
En definitiva, nuestro objetivo es ofrecer herramientas que faciliten un cuidado más humano y conectado con lo que verdaderamente importa: la identidad de la persona, la personalización de los cuidados, la participación y el desarrollo de vínculos significativos.
Este 21 de septiembre, te invitamos a mirar más allá de la enfermedad y a reconocer a la persona que hay en el interior. Poner la historia en el centro solo exige mirar con atención y compartir lo que funciona. Porque cuidar es también sostener la memoria, la dignidad y el proyecto de vida de quienes confían en nosotros.
Y es que, como decimos en Envita, «lo que se cuenta, permanece. Y lo que permanece, nos conecta con nuestra esencia».