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La Atención Centrada en la Persona (ACP) es mucho más que una metodología: es una transformación profunda en la forma en que entendemos y ofrecemos los cuidados. Frente a los modelos asistenciales centrados en el servicio, con tareas y protocolos estandarizados, la ACP pone en el centro a la persona: única, con una historia e identidad propias, con unos vínculos a conservar y potenciar, con unos deseos, preferencias y objetivos personales a respetar, con unas necesidades específicas a las que responder y, por supuesto, con el derecho a decidir cómo quiere vivir.

¿Qué es la Atención Centrada en la Persona?

Para ilustrarlo, pensemos en un ejemplo cotidiano. En un modelo asistencial, Carmen, de 84 años, es despertada todos los días a las 7:00 para asearse y desayunar, según el horario del centro. Aunque solía dormir hasta las 9:00 y siempre ha desayunado una tostada con mantequilla y azúcar, recibe lo mismo que el resto: café descafeinado y galletas. ¿Este cuidado se adapta a Carmen? ¿Está centrado en la persona?

En un enfoque basado en la Atención Centrada en la Persona, los profesionales conocen su historia, saben que le encanta quedarse en la cama hasta las 10:00 los fines de semana, que fue maestra durante 40 años, que le gusta escribir por las mañanas y que valora mucho su autonomía. Por eso, su Plan de Apoyos refleja la importancia de levantarse más tarde los sábados y domingos, desayunar su tostada con mantequilla y azúcar y participar en un grupo de lectura.  

Desde este enfoque el cuidado va más allá de cubrir necesidades físicas, se trata de poner en el centro los detalles que respetan la identidad de cada persona, dignifican su rutina y mejoran su bienestar emocional. Detalles que lo son todo porque la reconocen desde su individualidad.

Los 5 conceptos clave de la ACP

1. Historia de Vida: el punto de partida

La Historia de Vida no es tan solo una biografía o un cuestionario sobre los aspectos más relevantes de su vida. Es el relato que se construye con la persona (lo que ha vivido, lo que valora y lo que le emociona), con la ayuda de familiares y profesionales . Un relato que se construye a través de la conversación y que genera un vínculo en el proceso. Conocer esta Historia de Vida y mantenerla actualizada permite adaptar los cuidados, reforzar la identidad y crear vínculos significativos.

Debe recogerse de forma estructurada para recorrer su Pasado, comprender su Presente y tener en cuenta sus deseos Futuros. Más en detalle, cada etapa incluye el siguiente contenido: 

  • Pasado: experiencias y trayectorias vitales.
  • Presente: rutinas actuales, intereses, valores, preferencias y necesidades.
  • Deseos futuros: metas y sueños por cumplir, decisiones anticipadas y legado.

2. Proyecto de Vida: lo que realmente importa

El Proyecto de Vida es el conjunto de objetivos y aspiraciones que cada persona desea mantener o alcanzar. Es la forma en que la persona desea vivir su presente y construir su futuro, en coherencia con su historia, valores, deseos y sentido de vida. Se expresa en metas, elecciones, deseos cotidianos y trascendentes.​ Se construye sobre cuatro pilares:

  • Relaciones sociales y familiares, que sostienen el sentido de pertenencia.
  • Vida en la comunidad, que previene el aislamiento y favorece la inclusión.
  • Actividades significativas, que conectan con los gustos y deseos de la persona.
  • Relación con el entorno, incluyendo objetos, espacios y hábitos que forman parte de su identidad.
  • Preferencias y decisiones personales, que son el reflejo de los valores de cada individuo y serán aplicadas y respetadas como ejercicio de respeto a su autonomía decisoria.

Trabajar con el Proyecto de Vida nos permite responder una pregunta fundamental: ¿cómo quieres vivir hoy?

 3. Plan de Apoyos Personalizado: llevar la ACP a la práctica

El Plan de Apoyos (también llamado PAPV) es la herramienta que permite concretar la Atención Centrada en la Persona en el día a día. No es solo un documento, sino una planificación viva que organiza, prioriza y concreta los apoyos que una persona necesita para poder vivir de acuerdo a su Proyecto de Vida. Este Plan recoge:

  • Acciones, tareas y personas implicadas en el cuidado.
  • Un/a Profesional de Referencia, que coordina, conoce en profundidad a la persona y asegura la coherencia de los apoyos.
  • Un Grupo de Apoyo, formado por profesionales del centro, familia y comunidad, que trabajan desde un enfoque compartido.

Este plan facilita intervenciones significativas y sostenidas en el tiempo, orientadas al bienestar real de la persona.

4. Cultura organizativa: la ACP como identidad del centro

Es el conjunto de valores, creencias y principios que guía cada interacción y cada decisión en el cuidado de personas. Para que la Atención Centrada en la Persona sea sostenible, debe formar parte del ADN del centro, lo que implica una transformación organizativa que abarque:

  • Capacitación continua de los equipos.
  • Revisión de procesos y roles profesionales, que potencie la horizontalidad de las relaciones, la comunicación y coordinación continua y los roles polivalentes que faciliten un cuidado personalizado y respetuoso con la identidad de cada persona.
  • Evaluación y herramientas comunes para acompañar el cambio.

Sin un compromiso institucional y colectivo, la Atención Centrada en la Persona corre el riesgo de quedarse en la teoría. Por eso, la cultura organizativa es clave para consolidar este enfoque como una práctica habitual y compartida, integrada en los cuidados del día a día.

5. Gestión digital y medición de resultados: tecnología al servicio de los cuidados

La implementación real de la Atención Centrada en la Persona requiere mucho más que voluntad: necesita información actualizada, coordinación entre equipos y capacidad de evaluación continua. Aquí es donde la tecnología se convierte en una aliada imprescindible.

Una plataforma digital especializada en ACP permite que este modelo se integre realmente en la práctica diaria, más allá de las horas de formación y, además, facilita la gestión de los requisitos normativos:

  • Documentar la Historia de Vida y el Proyecto de Vida de cada persona.
  • Diseñar y actualizar planes de apoyo personalizados.
  • Coordinar de forma efectiva al grupo de apoyo (profesionales, familia, comunidad).
  • Realizar un seguimiento continuo con trazabilidad de las acciones de cuidado.

Además, esta gestión digital permite medir el impacto real de la Atención Centrada en la Persona través de:

  • Indicadores de implementación del modelo en los equipos y centros.
  • Datos sobre el bienestar percibido y los objetivos alcanzados.
  • Informes para la Administración Pública y para el ámbito reputacional del centro.

En conjunto, la tecnología convierte los cuidados centrados en la persona en un sistema evaluable, transparente y compartido, donde cada acción tiene sentido, respaldo y continuidad. Un requisito imprescindible en el siglo XXI.

 

ACP y las políticas públicas en España: una integración que ya está en marcha

Cada vez más normativas están incorporando la ACP como criterio obligatorio en los cuidados de larga duración, tanto para la acreditación de centros como para la asignación de plazas públicas.

Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, se recogen literalmente algunos de los conceptos mencionados en este artículo:

“El adjudicatario deberá introducir en todo el funcionamiento del centro, el Modelo de Atención Integral Centrada en la Persona y en sus necesidades. El modelo busca mejorar la calidad de vida de las personas mayores, (…) a través del “Proyecto de Vida” y una atención personalizada a través de la figura “profesional de referencia”.

Este tipo de medidas evidencian que la Atención Centrada en la Persona está dejando de ser una recomendación para convertirse en una exigencia específica en el marco normativo

Prepararse para esta transición no es solo una obligación legal, sino una oportunidad para liderar un modelo de cuidados más humano, respetuoso y sostenible.

En Envita iremos compartiendo las actualizaciones normativas en LinkedIn. Síguenos si quieres mantenerte informado.

 

ACP+® de Envita: innovación y tecnología al servicio de los cuidados

En Envita llevamos años impulsando la Atención Centrada en la Persona desde la práctica, con respaldo científico y resultados medibles. Lo hacemos a través de nuestro Modelo ACP+®, una metodología alineada con las normativas actuales, que:

  • Capacita a los equipos.
  • Cuenta con el sello de excelencia de la SEGG
  • Se gestiona de forma ágil a través de la plataforma digital Envita Stories®
  • Se evalúa periódicamente con la escala MeVes®.

Porque cuidar mejor empieza por conocer mejor. Y la tecnología, cuando se pone al servicio de las personas, puede ser una gran aliada para lograrlo.

 

La Atención Centrada en la Persona (ACP) no es solo un requisito normativo: es un cambio de paradigma en los cuidados. Adoptar este modelo significa ofrecer una atención más humana, personalizada y respetuosa, alineada con lo que cada persona valora. El futuro de los cuidados de larga duración pasa por la ACP.