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Conversaciones genuinas: El poder de hablar de lo que importa

Imagina que un día despiertas en un lugar donde apenas hablan contigo. Todo lo que escuchas son instrucciones: “Vamos a vestirnos“, “abre la boca“, “es hora de comer“. Nadie te pregunta por tu canción favorita e incluso reproducen una y otra vez aquella canción que nunca soportaste, tampoco te preguntan por el lugar donde pasaste tu infancia o por ese sueño que alguna vez tuviste. Nadie te mira a los ojos con verdadera curiosidad.

Ahora imagina que además te cuesta hablar. Que tu voz es baja, que las palabras tardan en salir, que a veces tartamudeas o que la demencia te juega malas pasadas y las frases se enredan en tu mente. Que cuando intentas contar algo, la otra persona se impacienta, completa tus frases sin esperar, asiente sin escuchar. Y así, poco a poco, dejas de intentarlo.

Este es el día a día de miles de personas en residencias o en sus propios hogares. Personas cuya única “falta” ha sido envejecer, vivir con una demencia o tener una discapacidad que dificulta su comunicación. Para ellas, el silencio no es elección, es imposición.

Estudios científicos han demostrado que en muchos entornos de atención, menos del 20% del tiempo de interacción entre personas cuidadoras y personas mayores se dedica a conversaciones sobre su historia, sus sentimientos o sus deseos. Y cuando la comunicación se reduce a lo estrictamente necesario, se pierde lo más importante: el reconocimiento de la persona, de su biografía, de su valor.

Ante esta realidad, es imperativo introducir cambios en el día a día de la atención, como, por ejemplo, las conversaciones genuinas. Porque conversar no es solo una parte del cuidado: conversar es cuidar. Las conversaciones son un espacio donde alguien puede volver a ser quien es, donde puede compartir lo que ha sido y lo que aún sueña ser.

La historia de vida como puente hacia la conexión

Cada persona es un universo de experiencias, un cúmulo de recuerdos, anhelos y emociones. Pero, ¿qué pasa cuando nadie escucha esa historia?

En el ajetreo del día a día, resulta difícil bajar el ritmo para conocer de verdad a las personas.

Pero hay un problema: para que alguien cuente su historia, alguien tiene que estar dispuesto a escucharla. Además de dar lo más valioso que tenemos, nuestro tiempo. Otras muchas, lo difícil no es solo encontrar el tiempo, sino saber por dónde empezar.

Cuando estamos frente a una persona que requiere nuestros cuidados o apoyos, nos preocupamos mucho por su salud: que mueva las piernas, que beba suficiente agua, que fortalezca los músculos, pero en ocasiones nos resulta una tarea complicada pasar la barrera de los cuidados físicos a cuidar de su salud emocional.

En este contexto, surge el concepto de los cuidados narrativos como una metodología que permite la introducción de los relatos y narrativas de vida en el día a día de los cuidados, donde se defiende que cada interacción cotidiana es una oportunidad para descubrir esas historias de vida y crear un espacio donde la identidad de la persona sea reconocida y valorada. En palabras de Feliciano Villar, catedrático de Psicología Evolutiva de la Universidad de Barcelona, los cuidados narrativos permiten humanizar la atención y mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Cartas Conversaciones - Cuidados Narrativos

El vínculo como motor del bienestar

Conversar y escuchar la historia de vida de una persona no solo es un acto de respeto y reconocimiento, sino también una herramienta poderosa para la construcción de vínculos y de impacto en la calidad de vida de las personas.

Los estudios sobre bienestar y felicidad han demostrado que la calidad de nuestras relaciones es uno de los mayores predictores de una vida plena. La investigación longitudinal de Harvard sobre la felicidad, que ha seguido a generaciones de personas durante más de 80 años, concluye que las relaciones cercanas y significativas son el factor más determinante para la satisfacción vital y la salud.

Además, en el ámbito de la atención a personas, las relaciones construidas desde la escucha y la empatía fortalecen la motivación de los profesionales, reducen el estrés y el agotamiento emocional, y crean entornos de trabajo más satisfactorios. Así, cuidar desde el vínculo no solo mejora la calidad de vida de las personas mayores, sino también la de quienes les acompañan en el día a día.

Cartas Conversacionales: una herramienta para fortalecer conexiones

Ahora bien, el desafío reside en encontrar las formas en las que podamos incorporar estas conversaciones y la generación de vínculos en el día a día, en especial de las personas con mayores dificultades de expresión.

Para facilitar estas interacciones, Envita ha desarrollado las Cartas Conversacionales, un recurso diseñado para profesionales, familias y personas cuidadoras. Se trata de una baraja de 54 cartas con preguntas que invitan a compartir recuerdos, reflexionar sobre el presente y hablar de sueños futuros.

Imagen del producto 'Cartas Conversacionales' de Envita. El diseño muestra una caja azul y blanca con el eslogan 'Cada vida, una historia'. Estas cartas están diseñadas para iniciar conversaciones auténticas y revivir experiencias únicas.

Cartas conversacionales de Envita con preguntas diseñadas para iniciar conversaciones significativas y recopilar historias de vida.

Este tipo de herramientas no solo facilitan la conversación, sino que ayudan a profesionales y familias a descubrir aspectos valiosos de la persona a la que cuidan, mejorando así la atención y el acompañamiento.

Algunos ejemplos de su uso serían utilizarlas durante la realización de tareas diarias, como excusa para iniciar conversaciones con todas las personas; o como una actividad específica o programada (diaria o semanal) para promover el conocimiento mutuo y la incorporación de los cuidados narrativos en el día a día.

En definitiva, las personas necesitamos escuchar y ser escuchadas, con la incorporación de herramientas, como las Cartas Conversacionales, podremos ofrecer unos cuidados realmente conscientes de la importancia del conocimiento de la otra persona y del establecimiento de un vínculo significativo con ella.